La inactividad, las lesiones, el sobre-entrenamiento o la edad, pueden hacer que tu sistema cuerpo-mente sea menos eficiente y menos seguro.
Estos y otros factores van disminuyendo la coordinación, la agilidad y la velocidad de tus movimientos. Por ello es vital conocer y comprender el funcionamiento cerebral sabiendo cuál va a ser tu comportamiento motor en función de la actividad que vamos a trabajar.
Según la OMS, la capacidad funcional “es la relación entre el individuo y el entorno en el que vive, y cómo interactúan”. También es definida como “la facultad presente en una persona para realizar las actividades de la vida diaria sin la necesidad de supervisión, dirección o asistencia”.
Casi la totalidad de las lesiones, traumatismos, accidentes o las intervenciones quirúrgicas dejan secuelas de procesamiento, integración y funcionales, aunque los daños que las generaron se hayan resuelto con el tiempo.
La persona que ha sufrido una intervención o un traumatismo puede tender a evitar o restringir su movimiento, pues lo percibe como la causa de aparición, aumento o empeoramiento del dolor.
El rendimiento deportivo puede decaer después de una conmoción cerebral, tras un golpe en la cabeza o por una sacudida violenta del cuerpo o la cabeza en el momento de sufrir una lesión, un traumatismo no relacionado con la cabeza o una caída.
